Muchos factores entran en juego cada que requieres hacer una intervención exitosa ya sea ante tu equipo de trabajo, clientes o públicos de interés. Pero ¿sabes de qué manera abordar cada momento para mejorar tus posibilidades de éxito?
Como cualquier otra habilidad puedes trabajar tus falencias para mejor en el arte de la comunicación asertiva. Aquí van algunos principios que te facilitarán este proceso:
CONOCE A TU AUDIENCIA: Antes de tu intervención, investiga quiénes serán tus oyentes. Esto te permitirá adaptar tu discurso para que sea relevante y atractivo para ellos. No será lo mismo vender tu idea de negocio a unos inversionistas que entregarle sus tareas a tu equipo de trabajo, por más que la idea central sea la misma; y aunque parezca obvio, es importante que identifiques intereses y puntos de afinidad para mejorar el nivel de asertividad de tu discurso.
Tu lenguaje corporal también comunica mucho, por esto te recomendamos mantener una postura abierta y relajada, recuerda el contacto visual y utiliza gestos que refuercen tu mensaje.
ORGANIZA TU CONTENIDO: En línea con lo anterior, es momento de darle orden a tus ideas. Estructura tu presentación de manera lógica, con una introducción clara, un desarrollo bien organizado y una conclusión efectiva. Utiliza puntos clave para facilitar el seguimiento de tu discurso.
Aquí entra en juego todo lo que involucra tu contenido, por esto procura evitar en la medida de lo posible jergas o tecnicismos innecesarios que puedan confundir a tu audiencia, siempre un lenguaje claro y sencillo facilitará el aterrizaje de tus mensajes. No temas utilizar apoyos visuales para complementar tu discurso. Sin embargo, asegúrate de que estos sean claros y relevantes, nuestro objetivo será no distraer a nuestra audiencia y por el contrario darle herramientas para que durante toda la intervención ellos conecten con nuestras ideas, recuerda que percibimos mensajes desde todos nuestros sentidos.
MANTÉN EL CONTACTO VISUAL: Como ya lo mencionamos tu lenguaje corporal es esencial en cualquier intervención; por esto procura el contacto visual con tu audiencia para establecer una conexión emocional y mantener su atención. No temas expresar tus emociones de manera honesta y respetuosa en línea con el objetivo de tu intervención. Como punto adicional, te recomendamos evitar en lo posible leer todo el tiempo, entre más natural se vea tu presentación mayor confianza y poder tendrán tus ideas.
CONTROLA TU VOZ: Varía el tono, la velocidad y el volumen de tu voz para mantener el interés de tu audiencia. Habla con claridad y proyecta tu voz para que todos puedan escucharte. Involucra a tu audiencia haciendo preguntas, solicitando retroalimentación o invitándolos a participar en ejercicios interactivos. Esto ayudará a mantener su atención y a hacer que tu presentación sea más memorable.
En este punto, estar abierto a las preguntas te permitirá demostrar tu dominio del tema, abre este espacio durante o al cierre de tu intervención, como lo consideres mejor según tu dinámica de exposición; recuerda que al responder con confianza y claridad afianzarás el respaldo de tu audiencia, sin embargo no temas ser honesto cuando no tengas las respuestas completas, por el contrario comprométete a entregar en un momento posterior la información, así seguirás demostrando una postura confiable y cercana. La clave estará siempre en decir “no” de manera asertiva.
VISTE DE MANERA APROPIADA PARA LA OCASIÓN: Recuerda que percibimos mensajes a través de todos los sentidos, por esto tu vestimenta se convierte en un elemento importante de tu imagen como ponente y puede influir en la percepción que tenga tu audiencia sobre ti y tu mensaje. Te recomendamos elegir una vestimenta que te haga sentir seguro y cómodo, y que al mismo tiempo proyecte profesionalismo y seriedad. De ninguna manera intentes proyectar algo que no eres, aquí tu marca personal tiene el escenario para brillar, pero siempre considerando el todo para lograr un mejor approach.
Ser un buen ponente en público no se trata solo de tener habilidades de comunicación, sino también de transmitir pasión y entusiasmo por tu tema. Con práctica y dedicación, puedes convertirte en un ponente excepcional y cautivar a cualquier audiencia.